Alicia Lacroix, una joven perdida en París, de padre Francés y madre Española, se veía con su graduado universitario en turismo en una mano y un piso que pagar en la otra. Acababa de terminar su beca erasmus y las facturas ya no se iban a pagar solas, así que, desesperada, aceptó el primer trabajo que pudo.
Y no supo dónde se estaba metiendo.
Su primera noche como secretaria del lujoso restaurante “Femme Rouge” la pasó echa un manojo de nervios, sobretodo al conocer a su jefe, el multimillonario Alexander Sokolov, un inmigrante ruso que hizo fortuna de la nada.