«Al cumplir los treinta tomé la decisión de dejarlo todo. Ni una cerveza más. Ni una raya más. No le di un mechón de pelo a Jane, como en la canción, porque Jane aún no existía»
Roberto se despierta aturdido, con una resaca brutal. Ha regresado al infierno del que lleva años intentando escapar. Pero esta vez es distinto.
Esta vez es peor.
Arrastrado por unas inquietantes llamadas telefónicas, el protagonista de La gabardina azul se sumerge en un mundo poblado de personajes como Madame La Gorde, Fredo o Jonás el Príncipe gitano. Gente a la que nunca habría querido conocer.