Guinda es una joven inquieta y rebelde, con la agresividad propia de quien ha tenido que sobrevivir sola desde la adolescencia en un ambiente extremadamente hostil: un barrio marginal de la gran urbe dominado por la delincuencia, la violencia y la droga, espoleado además en los últimos años por el fenómeno de la inmigración. Ella sueña con marcharse a otro lugar para ser otra, pero la realidad es que, del mismo modo que un animal pertenece a su hábitat, la jungla donde ha nacido y crecido constituye la única referencia de su identidad. Se encuentra atrapada, no es más que un producto de ese mismo submundo que tanto aborrece.
Sin embargo oculta un secreto: nadie sabe de sus estudios ni de su afición a la lectura. En ella cohabitan dos almas antagónicas y en apariencia irreconciliables: la loba frente a la mujer soñadora y sensible. Esta marcada ambivalencia constituye el rasgo más característico de su personalidad.
Un día la casualidad, o la causalidad del destino, hace que su más admirado escritor (menos afortunado de lo que ella cree) se instale provisionalmente en el mismo edificio donde ella reside. Tras un accidentado comienzo, ambos acaban viviendo un apasionado romance. Pero Guinda pronto se verá envuelta sin pretenderlo en una truculenta trama que desembocará en una tragedia que convulsionará el barrio entero. La fatalidad la hundirá en un primer momento en la desesperación. Sin embargo el amor habrá hecho su trabajo y dejará su huella indeleble: abandonará por fin el barrio e iniciará una nueva vida. Nada habrá sido en balde, porque ella ha sido transmutada por la experiencia amorosa. Es el triunfo del amor sobre la muerte.